miércoles, 27 de mayo de 2015

Señora, sus escrúpulos (II)

No ha dejado de sorprendernos desde que llegó y sigue haciéndolo... con tal de no irse. Una vez más, la ex ministra, Esperanza Aguirre, ha sacado a relucir su carácter infantil y consentido pero, eso sí, esta vez ni siquiera eso ha sido suficiente para obtener lo que se proponía.
Hace poco más de dos años, en pleno meollo de la corrupción del Partido Popular, con la cifra del paro batiendo récords históricos, la señora Aguirre llamaba "antisistema" a aquellos que se posicionaban en contra de las decisiones que tomaban Rajoy y compañía. Decisiones que traían el enriquecimiento del PP mientras continuaban los deshaucios, la reducción en becas, la privatización de servicios y la subida de impuestos, entre ellos el transporte publico. Aguirre animaba a estos que protestaban a que enmudeciesen y llevaran a cabo sus quejas mediante la formación de un partido político capaz de hacer las cosas mejor que el PP. Un año más tarde surge la formación Podemos, derivada del movimiento 15-M, el movimiento de los indignados por la política actual. Ahora, durante la campaña electoral de las ya pasadas elecciones municipales, la señora Aguirre, que ha decidido volver a presentarse tras las diferentes polémicas que estos años la han cubierto de gloria, lo hace sin programa electoral y con un solo mensaje, destruir a Podemos. Cuál sería su sorpresa cuando en los resultados descubrió que no iba a obtener la alcaldía esta vez, que se la iba a arrebatar democráticamente el mismo partido que ella invitó a formar. Los madrileños ya estamos acostumbrados a verla como a la niña consentida del PP, sacando a relucir esa arrogancia y prepotencia que tanto la caracterizan ante los medios en función de sus intereses (a veces para hablar contra los ciudadanos y otras contra su propio partido, con tal de contar con el respaldo de la mayoría) Sin embargo, tras los resultados de la votación vimos a una Aguirre atragantada, demacrada e incrédula ante su derrota. Viniendo de ella era de esperar que haría cuanto estuviese en su mano por presidir el ayuntamiento, lo que nadie imaginaba era que, una mujer de aires tan elevados, fuera capaz de arrastrarse, a escondidas (esta vez sí), para suplicarle al partido de la oposición un pacto electoral con el fin de que Podemos no se hiciera cargo de la capital.
Nos conocemos desde hace tiempo, señora. Usted ha robado estando en el poder, ha colocado a sus familiares en cargos que requerían de oposiciones y que así evitarían, ha apoyado medidas que más tarde ha recriminado, se ha burlado de la autoridad a la vez que exigía obediencia a las autoridades... Pues bien, el resultado ha sido el siguiente: su vida pública es un espectáculo bochornoso y su dignidad está por los suelos por méritos propios. A lo largo de su carrera usted ha ido vendiéndose al mejor postor una vez tras otra. La dignidad es algo que ya no sabría ni deletrear, quizás se lo tenga que hacer repetir el señor Pablo Iglesias varias veces.
Una vez más, señora Aguirre, se ha superado a usted misma. Su comportamiento, tan deplorable y rastreo en busca de más poder o dinero, ahora que parece que le empieza a escasear, resulta lamentable y ruin. Es usted la vergüenza de este país y ese título le acompañará a la tumba, por mayoría absoluta.
Una vez más, condesa, aquí tiene sus escrúpulos.

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